El país más grande del mundo, una de las economías más fuertes y un régimen que ha transformado a toda su sociedad albergó uno de los mundiales mejor organizados de la historia.
Vladimir Putin es conocido como uno de los presidentes más polémicos de la actualidad, su fuerte carácter y su obsesión por la perfección ayudaron a que Rusia albergara el torneo de fútbol más importantes del planeta.
Allí, una joven promesa se llevaría todas las miradas y levantaría el trofeo que todos quieren.